Una de las últimas polémicas en el ámbito de la automoción surgen por la idea del Gobierno de España de establecer el peaje por viñeta, un nuevo sistema de ingresos a las arcas estatales para cubrir los gastos de la red de carreteras. Con ella se cobraría una cuota aunal a todos aquellos que circulen por todas las autopistas y autovías del país. Sin duda, una controversia decisión que aún está “en proceso de análisis”, pero que puede suponer un cambio sustancial en nuestro país.
La medida de instaurar el peaje por viñeta es la opción favorita por parte del ejecutivo dirigido por Raquel Sánchez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Se trata de un sistema que ya utilizan muchos países europeos, y también una forma de cumplir con el compromiso adquirido con la Unión Europea en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia tras el impacto de la pandemia de Covid-19. De entrar en vigor la nueva reforma, finalizaría el carácter gratuito que caracteriza a la mayoría de carreteras españolas.
Pedro Sánchez, capitán del barco, tiene que hacer frente a las numerosas críticas recibidas por parte de la opinión popular, el sector automotriz, la oposición en el Congreso o fuentes cercanas al mismo Ejecutivo. El presidente del Gobierno defiende que esta nueva iniciativa dará oxígeno a una deficitaria –8.000 millones de euros– red de conservación de las carreteras, y que además serviría de soporte para optar a los fondos de recuperación de la Comisión Europea. Además, el Director General de la DGT, Pere Navarro, defiende el lema “el que lo usa, lo paga”.
¿Qué es la viñeta?
A grandes rasgos, se trata de una pegatina –física y/o virtual– que hay que adquirir y adjuntar al vehículo para poder circular por una autovía o autopista; muy similar a la de la ITV o el distintivo medioambiental. Con ella, se eliminarían las barreras de los peajes tradicionales. En su lugar, se colocarán arcos con cámaras a lo largo del asfalto que verificarán que el coche que circula tiene la viñeta en vigor. Como imaginarás, tener la viñeta caducada u optar por la opción rebelde de no tenerla siquiera derivará en una dolorosa multa por cometer un acto ilegal.
Una viñeta, en pocas palabras, trata de establecer una cuota anual (por ahora no se conoce en qué cantidad) por el uso de todas las carreteras nacionales; este pago se reflejaría en la pegatina que deberíamos llevar en el coche, y una red de cámaras (que se pueden aprovechar de las que ya existen para reconocer el uso del cinturón o del teléfono móvil) se encargarían de reconocer la matrícula del vehículo y las pegatinas al corriente de pago. Aún hay que perfilar si se pagará solo por su mero uso (sin importar kilometraje) o si se hará por distancia recorrida.
¿Cuáles son los beneficios del pago por viñeta?
Siendo honestos, el estado de las carreteras nacionales no es el mejor desde hace ya unos pocos años. De acuerdo con la Asociación Española de la Carretera (AEC) el reacondicionamiento de la red vial española requeriría una inversión de hasta 7.500 millones de euros, solo para empezar. Para obtener ingresos que ayuden a mejorar las carreteras, un peaje para el uso de las autovías y autopistas (y con la que asegurarse fondos de ayuda post-Covid) podría ser una buena solución desde la perspectiva del Gobierno.
El método del peaje por viñeta, a nivel de control de pagos, es más sencillo de llevar, puesto que se podrá saber quién ha abonado el impuesto y quien no a través de la pegatina o, simplemente, leyendo la matrícula del vehículo en cuestión por parte del cuerpo de policía o Guardia Civil. Este método también se impondría sobre los visitantes extranjeros, dado que, al poder abonarse por un periodo de tiempo determinado, será completamente viable para aquellos que sólo circulen durante unos pocos días por nuestras carreteas, como ya hacen otros países vecinos.
¿Qué países hacen uso del peaje por viñeta?
Decíamos que son muchos varios los países europeos que ya optan por esta filosofía de vida vial. Dependiendo del país, del tipo de vehículo y el tiempo, la viñeta puede tener un coste u otro. De igual manera, también son variables porque en algunos países es un sistema complementario al peaje tradicional en algunas carreteras específicas. De cualquier forma, en las siguientes líneas destacamos el funcionamiento del peaje por viñetas de los distintos países europeos donde el sistema está implantado:
Austria: para todos aquellos vehículos con una masa máxima autorizada (M.M.A.) inferior a los 3.500 kilos, es obligatorio adquirir la viñeta, incluyendo las autocaravanas. El precio es variable, desde los 8,80 euros para una viñeta de 10 días, hasta los 25,70 euros de una de dos meses. Para los vehículos de más de 3.500 kg, el sistema de peaje, denominado Go Box, se basa en el número de ejes del vehículo, el kilometraje y las emisiones. Para adquirir las viñetas hay que acudir a las estaciones de servicio austriacas o a las zonas fronterizas.
Bulgaria: en función del peso del vehículo y del tiempo, el precio a pagar por usar las autopistas búlgaras –y muchas de sus carreteras nacionales–, oscila de los 5,00 y los 31,00 euros para una semana, hasta de 13 a 88 euros en el caso de querer el bono de un mes. Además de en las estaciones de servicio locales y pasos fronterizos, las viñetas se pueden gestionar en las oficinas de correos y en otros negocios marcados con el icono de viñeta.
Eslovenia: todo vehículo de hasta 3.500 kg de clase 2A (autocaravanas incluidas) que circule por autopistas eslovenas debe contar con una viñeta. Las tarifas se mueven entre los 15,00 euros para siete días, 30,00 € para las de un mes, y 110,00 euros para las viñetas de un año de validez. Los vehículos de más de 3,5 toneladas disponen también de un sistema de peaje basado en la combinación de los kilómetros recorridos y de las emisiones del vehículo, y puede abonarse en las cabinas de peaje del país.
Eslovaquia: de nuevo, la compra de una viñeta es obligatoria para circular por las vías del país, para vehículos de hasta 3,5 toneladas y autocaravanas (aunque estas últimas superen ese peso). El coste es de 10,00 euros para 10 días, de 14,00 euros para un mes y de 50,00 euros para un año. Dicha viñeta se obtiene en las estaciones de servicio y máquinas de autoservicio fronterizas, aunque desde 2016 existe la posibilidad de optar por una “viñeta electrónica” para descargar en el teléfono móvil.
Hungría: para las autopistas, autovías y algunas carreteras principales del país, es necesaria la adquisición de la denominada “e-viñeta”. Su tiempo de validez es de 10 días, con un precio que oscila entre los 11,00 y 50,00 euros en función del tipo de vehículo y su peso. La viñeta húngara se puede comprar a través de Internet, con la posibilidad de elegir entre una pegatina normal y corriente o una viñeta electrónica para visualizar en el móvil.
Montenegro: bautizadas como “eco-viñeta”, estos tickets son de uso obligatorio para conseguir el permiso de circular en el país. Es válida por un año y cuesta 30 euros hasta las autocaravanas de cinco toneladas de peso.
Portugal: hasta la fecha, es el modelo más “justo”. En lugar de tener que desembolsar una cuota fija en un periodo de tiempo, las cámaras detectan la distancia recorrida por ese vehículo y pasan el cobro a tu cuenta bancaria según los kilómetros que hayas hecho. A diferencia de las demás, este sistema no beneficia a los conductores que más kilómetros recorren y perjudica a los que lo usan menos, pero tampoco invita a hacer kilómetros para disfrutar del placer de conducir. Es el sistema que se pretende imponer en España de cara a 2025.