Llegó el verano y con él, los largos desplazamientos para disfrutar de las vacaciones. Uno de los principales motivos por los que se requiere asistencia en carretera tiene que ver con los neumáticos, por eso queremos que prestes atención a los consejos que te damos a continuación, ya que además de revisar su estado, es recomendable que antes de iniciar un viaje compruebes la presión de las ruedas.
Los neumáticos son un elemento importantísimo del vehículo, ya que es el punto de contacto con la carretera y ello pueden influir mucho en el comportamiento del vehículo y afectar a tu seguridad a bordo. Por eso, debes tener en cuenta revisarlos de forma periódica para que no suponga ningún problema.
Dibujo y desgaste
La primera comprobación será la más sencilla, la visual. Con un vistazo se puede obtener mucha información de un neumático, aunque lo principal es fijarse en el dibujo y en el desgaste que pueda tener. Ya nos queda a todos claro que la profundidad del dibujo tiene que estar por encima de los 1,6 mm. Los que se encuentran por debajo necesitan ser cambiados porque no cumplen los estándares de seguridad, además de que el conductor puede ser multado.
Quien no tenga medidores específicos para neumáticos siempre puede hacer la prueba con una moneda de un euro. En este caso la profundidad del dibujo debe sobrepasar el círculo exterior dorado de la moneda. Otra forma de comprobarlo es fijarse en los testigos de desgaste, unos pequeños tacos de goma que están en las ranuras principales de todos los neumáticos. Si la banda de rodadura está a la misma altura o por debajo es momento de cambiarlos. Visualmente también se pueden identificar otros defectos como deformaciones, cortes, bultos, grietas, roturas, etc.
Presión del neumático
Lo segundo que tiene que cumplir un neumático para ser efectivo es tener una presión correcta. Algunos coches cuentan con indicadores de presión y podemos ver los valores de cada neumático a través del ordenador de a bordo. Con los más sencillos tendremos que acudir a una gasolinera o utilizar un manómetro propio para ir comprobando la presión de cada rueda. Los valores ideales cambian dependiendo del vehículo, pero también es fácil conocer esa información.
En las mayoría está situado en un adhesivo colocado en la parte interior del marco de la puerta en la que indica la presión ideal en situaciones normales y también con mucha carga. También suele están en el manual de usuario y sino hay algunas tablas de guía por tamaño de llanta y tipo de neumático. En todo caso, hay que revisar la presión del neumático de forma asidua y siempre antes de emprender un viaje para ajustarlo a lo que dice el fabricante. Este valor se mide con el neumático en frío y puede ser clave para evitar desgastes anormales o aumentos en el consumo de combustible.
Equilibrado y paralelo
La tercera comprobación se puede hacer durante la marcha y es a través del comportamiento del propio coche. Si se detectan alguna conducta anómala puede ser que haga falta un equilibrado o un paralelo a las ruedas. Algunos síntomas podrían ser el aumento en el ruido de rodadura que llega al interior y también que se perciban más vibraciones. Porque se podría estar generando un desgaste irregular del neumático y provocando una pérdida de eficacia en el rendimiento, con frenadas menos efectivas.
El equilibrado tiene como objetivo que la rueda gire de la forma más homogénea posible revisando los puntos donde la llanta es más pesada y sustituyéndolo con contrapesos en el parte opuesta de la llanta. Por otro lado, el paralelo consiste en poner paralelas las ruedas de cada eje y, al mismo tiempo, los ejes entre sí. También se ajustan los ángulos y caídas de las ruedas en función de lo establecido por el fabricante del vehículo.
Para nota: rueda de repuesto
Hace unos años no habríamos añadido este punto, pues la enorme mayoría de coches contaban con una rueda de repuesto entre su equipamiento. Sin embargo, ahora cada vez es más popular que en los vehículos nuevos sea un extra o que directamente no haya opción de montarla. Eso es un hándicap cuando tenemos un pinchazo durante la marcha, pues nos obliga a hacer uso del kit antipinchazos o directamente a llamar a la grúa.