Seguro que alguna vez te ha saltado el aviso en tu coche por el sistema de contaminación. Es uno de los problemas más comunes hoy en día y todo es debido al filtro de partículas. Con su misión de hacer que los coches sean más limpios, este filtro termina siendo un dolor de cabeza para los conductores.
A continuación, te explicamos qué es el filtro de partículas y cómo prevenir sus problemas, ya que su reparación o sustitución tiene un coste elevado.
¿Qué coches llevan filtro antipartículas?
Fue en 2009 cuando entró en vigor la norma Euro 5, que señalaba sobre todo a reducir las impurezas de las partículas que emiten los coches diésel. Cualquier coche con este combustible de menos de 10 años cuenta con este sistema, pues los fabricantes
Más reciente es la incorporación de los filtros de partículas en coches de gasolina. Si bien podemos afirmar que la combustión en un motor de gasolina es más «limpia» más allá de que emiten más CO2, también es verdad que los motores gasolina de inyección directa modernos generan muchas partículas microscópicas y cancerígenas.
No fue hasta 2017 que se igualaron las emisiones de partículas permitidas de los coches diésel y gasolina. Si bien la normativa Euro 6 había empezado ya a controlar el número de partículas de la masa total de emisiones, no fue hasta la entrada en vigor de la normativa Euro 6c cuando los coches de gasolina empezaron a contar con este dispositivo de manera masiva. Y ojo, que son eficaces pues Volkswagen aseguraba que las emisiones de partículas se reducen hasta en un 90% respecto a motores sin filtro.
Cuidado del filtro de partículas
La vida útil de un filtro antipartículas depender de muchos factores. El principal es el uso que se le da al vehículo, sobre todo si se trata de un motor diésel. Cuando solamente se realizan trayectos cortos, como los que se hacen en ciudad, los gases de escape no alcanzan la temperatura adecuada y la regeneración no se realiza correctamente… o incluso el proceso es interrumpido.
Así pues, un diésel no es una buena idea para conducir siempre en ciudad. Ir a bajas revoluciones constantemente puede ser un quebradero de cabeza económico, gastando al final más dinero que el que pensabas ahorrar apostando por ese combustible:
Para evitar eso has de cumplir cinco máximas:
- Mantenimiento a rajatable: Sigue el plan de mantenimiento que indica el fabricante en el manual de tu coche.
- Elige un buen lubricante: Los modelos con filtro de partículas suelen emplear un aceite Low Saps, (bajo en cenizas, fósforo y azufre), Este aceite es capaz de soportar la “suciedad” que se produce cuando se inyecta más carburante del necesario durante la regeneración. Aunque cuesta algo más, merece la pena.
- No apagar el motor durante la regeneración: Hay modelos con un testigo que informa del proceso. En caso contrario, hay que estar atento a si el motor «ronca» y/o aumenta el consumo de combustible instantáneo.
- Evitar trayectos cortos: El motor no alcanza la temperatura ideal… y el filtro tampoco. Además, en esos trayectos se acumulan más partículas sólidas. Cada cierto tiempo el motor tendrá que realizar un ciclo de regeneración y no podrá hacerla acecuadamente.
- Salidas a carretera: Circular por autovía al menos 30 minutos cada 1.000 km, a unas 2.500 rpm asegura una correcta regeneración del filtro de partículas. Si en alguna ocasión detectas una pérdida de potencia, puede que empiece a obturarse el filtro. Sal a carretera un rato para que el coche alcance temperatura.
En ningún caso:
- Anular el filtro de partículas: El coche funciona igual, pero es ilegal y no pasaría la ITV.
- Reprogramación de la centralita: Esta medida pretende que la regeneración se realice de modo más acorde con el tipo y hábitos de conducción del dueño del coche. Pero no es eficaz en todos los casos y puede perderse la garantía del coche o afectar, en caso de no realizarse bien, al funcionamiento del motor.