Cada año se venden en España más de cuatro millones de baterías y, de ellas, casi el 70% se cambia en invierno y, sobre todo, en vehículos de más de cinco años.
Con el frío que afecta nuestro país, y la ola polar que nos acaba de llegar, el cuidado y mantenimiento de nuestro vehículo será básico para evitar quedarnos tirados.
Por seguridad, y también por ahorrarnos malos ratos, es conveniente realizar una buena revisión a tu vehículo para que este frío polar no nos afecte más de lo necesario.
En este sentido, hay que poner el foco de atención en la batería. La batería se encarga de almacenar la energía que necesita el motor para arrancar y hacer funcionar los diferentes dispositivos eléctricos del coche (radio, elevalunas, luces…) cuando el motor está parado.
Las baterías ceden capacidad para suministrar corriente alrededor de 0ºC. Esto pasa porque, si la temperatura baja, aumenta la resistencia interna. Eso hace que la tensión caiga más de lo normal cuando se está usando y es como si tuviesen poca carga. Es más, con el termómetro marcando -10ºC una batería pierde la mitad de su potencia y dificulta el arranque.
¿Qué podemos hacer para evitar quedarnos sin batería en estos gélidos días?
Si vivís en una zona donde acostumbra a haber inviernos muy fríos, existen baterías con capacidad para aguantar temperaturas extremas. Conviene preguntar en nuestro taller oficial y asesorarnos sobre su compra.
Además, idealmente, deberíamos aparcar el coche en un aparcamiento interior, para evitar que las condiciones climatológicas afecten directamente a nuestro vehículo. Si eso no es posible, mueve el coche con tanta frecuencia como puedas tratando de hacer trayectos medianamente largos. Realizar trayectos cortos y a bajas revoluciones impedirá que el alternador pueda cargar la batería correctamente, reduciendo su vida media.